Camiseta tipo «polo» ¿sí o no?


Sobre las camisetas no hay gustos escritos. Algunas nos encantan y otras nos horrorizan, sin, más. Pero dentro de las preferencias personales, ha sido Toni Kroos -de nuevo en el jugoso podcast de su hermano Felix, que tantas buenas declaraciones nos deja- el que ha lanzado todo su «hate» sobre las camisetas con cuello, tipo polo, como precisamente la de este año.

Esta temporada también tenemos cuello. Un polo no es una camiseta de fútbol. Esto va dirigido a todos los fabricantes: ¡esto es una gran mi****! Las camisetas con cuello no son buenas, son incómodas y nada agradables. Y luego tienes dos botones ahí arriba. Solo falta que le añadan unos cuantos botones más y ya nos ponemos a jugar con camisa, ¿o qué? No es agradable…”. Estas fueron sus palabras textuales, así que parece que está bien claro que la camiseta de la presente temporada no es precisamente santo de su devoción.

Lo cierto es que de cara al aficionado, normalmente las camisetas con cuello suelen gustar bastante, dan mucho juego, quedan bien con unos vaqueros, son más elegantes… pero, claro, para la práctica deportiva de alto nivel es comprensible que sea un poco engorrosa y pueda molestar, especialmente los botones.

Cabe recordar que la versión de las camisetas que se venden en tienda no son exactamente las mismas que visten los jugadores durante los partidos, sino una especie de réplicas -más económicas- y con algunas diferencias. Por ejemplo, todos los parches y logos que tienen estampados las camisetas de venta al público (como el número, el escudo, los distintivos de la Liga y demás insignias) causarían molestias y rozaduras en la piel durante los partidos, por tanto se integran de forma más natural en las camisetas reales para evitar estos problemas. También pueden comprarse, pero eso sí, sus precios rondan los 200 euros y para ponérsela en una barbacoa o en una visita al estadio no parece necesario.